jueves, 31 de marzo de 2011

EL CANTOR

Dondequiera que el cielito enreda sus parejas sin tasa;
dondequiera que se apura una copa de vino el cantor tiene su lugar preferente,
su parte escogida en el festín.

El gaucho argentino no bebe si la música y los versos no lo excitan,
y cada pulpería tiene su guitarra para poner en manos del cantor a quien el grupo de caballos estacionados a la puerta anuncia a lo lejos dónde se necesita el concurso de su gaya ciencia.



En "Facundo, o civilización y barbarie" de Domingo F. Sarmiento.
Citado por el trovador peronista.

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