En recordar ese momento desperdicio cada mañana,
cuando pongo el pie derecho primero
para empezar el día con buena suerte.
Pero como no,
si fue el casi-gol mas importante.
Si te fuiste solo, corriste 30 metros
como si estuvieses en la pampa húmeda de Juan de Garay
y cuando te salió el arquero no sabías cómo definir (¿puntín, picadita o lo despatarro?).
En realidad si sabias,
pero habías crecido en la vereda de enfrente
y hacerlo, era gritárselo en la cara a la gente que mas querías.
Entonces cerré los ojos
le apunté al cartel de gatorei,
y pedí el cambio para siempre.
No te lo vas a perdonar nunca... o si.
PUMA PERONISTA