lunes, 15 de febrero de 2010

FELICIDAD

Cuando te invaden esas ganas de apuntar con los indices al cielo,
mirándolo a los ojos
esbozando esa sonrisita,
mezcla de satisfacción interior y plegaria cumplida,
q apenas se ve desde fuera
pero desde qué lejos se ve si estuvieses dentro mio.


PUMA PERONISTA

lunes, 8 de febrero de 2010

PUEBLO AFUERA

Un punto asoma desde el cerro. Se estiliza, ahora es un palito. Ahora sobre el palo se ve un sombrero y debajo del sombrero aparece Don Gregorio, que muy despacio alza una mano y saluda.

Maimará le devuelve el saludo, si se puede decir que un lugar puede saludarlo a uno. En realidad lo que sucede es que se abre en medio de las montañas, las nubes se hacen a un lado y ahí está Maimará. Las montañas, paletas de colores que se hunden en el pueblo. Se hunden, inevitablemente, una y mil veces, estas naves gigantes que ahora son montañas rojas, verdes, grises y negras.

Don Gregorio sigue en la bici, saluda a un puestito de Salchipapa con un sombrero coya. Detrás del carrito de metal, está Doña Lisa, que le devuelve el gesto y le pregunta algo que el viento se roba en un solo soplido.

Don Gregorio pasa por la estación y saluda a Faustino, el boletero. Faustino se murió hace cinco años, pero su fantasma cuida la estación abandonada. A Maimará llegaba el tren, a Purmamarca llegaba el tren, a Tilcara llegaba el tren, pero ya no. Un buen día alguien en Buenos Aires, decidió que no era rentable. Que la conexión entre pueblos hermanos no era negocio. Que era mejor dejar que un monopolio de micros se apodere de las rutas y les cobren a los pobladores lo que quieran para llevarlos por pocos kilómetros. Hubo promesas varias, ninguna se cumplió.

La boletería cierra su ventanilla y Faustino desaparece, Don Gregorio pedalea cada vez más rápido, se le hace tarde para el jueves de Comadre. La fiesta de comadre y compadre tiene larga data, los hombres casados salen de parranda autorizada y sus mujeres se quedan en casa. Pueden pasar la noche con una de las chicas solteras del pueblo y luego vuelven a su hogar. A la inversa es la noche de comadre, donde las casadas tienen su revancha con los varones libres.

Don Gregorio no tiene mucho trabajo, el almacén ya no funciona como antes, pero hace un tiempo se dio cuenta por dónde pasaba la changa. Con una media sombra y un poco de adobe construyó un camping familiar, dónde año tras año alberga a jóvenes mochileros que vienen a conocer las festividades norteñas de cada verano.

El bombo de la cumbia resuena en todo el pueblo, el sol cansado de seguir a Don Gregorio se escondió en la montaña. La bicicleta inglesa choca contra el cordón del Club Municipal y frena por primera vez en el día. Gregorio baja, saluda a todo el pueblo que está en la puerta del lugar, se acomoda el sombrero y pregunta cuánto está la entrada.
-25 pesos.
-¿Eh? Es mucho eso, yo no puedo pagarlo.
-Sale eso Don, perdone.

Gregorio se queda afuera, como todo el pueblo.



CREO QUE ESTE CUENTO ES DE LA AUTORIA DE IVAN GOMEZ, un gran amigo del puma peronista que esta lejos y ...pucha que se lo extraña!
amigo disfrute y cuidese, q nosotros ya estamos pensando en el abrazzo a tu vuelta!