y miles de historias
que un viernes cualquiera
volvieron a mí.
Guerras de ayer y hoy,
de ficción y realidad,
se debatían en cada vuelta.
Y la victoria era una imberbe revolución
contra aquella hermosa y escurridiza muñeca.
Amores de animé
la protegen modernamente
contra una muerte lenta en el olvido.
Mientras,
su galope de libertad vuelve,
para acecharme despierto.
El sapo peronista.
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